Escalar en la Patagonia es una experiencia magnífica. Las paredes naturales ofrecen posibilidades tanto para personas expertas en la actividad, como para quienes buscan un bautismo.
En la Patagonia hay muchos lugares donde practicar escalada y, a su vez, esos rincones son bellos destinos turísticos, como para que la experiencia sea realmente completa.
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1. El Chaltén, Santa Cruz
El Chaltén es la capital nacional del trekking, y también es destino de quienes practican la escalada. Los cerros Fitz Roy y Torre están entre los más emblemáticos y los que poseen vías de escalada clásica con mayor dificultad técnica de todo el mundo.
Está claro que animarse a estas paredes implica entrenamiento y preparación física y mental. El clima es un protagonista clave en estas latitudes. Sin embargo, quienes nunca hayan practicado escalada pueden solicitar servicios en las agencias locales para incorporarse a salidas o clases. Los programas pueden variar según los conocimientos previos y la ruta elegida. Para los principiantes, hay muchas rutas cercanas, las clases incluyen guías y brindan equipos como cuerdas, cascos y arneses.
La escalada en roca es apta tanto para principiantes como para escaladores experimentados. También puede ser una actividad familiar, con niños mayores de 8 años. Es flexible y acorde a las necesidades y deseos del nivel turístico.
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Si se buscan experiencias más desafiantes, también existe la posibilidad de practicar escalada en hielo. Durante esta actividad se aprenden conocimientos básicos del tránsito glaciar y las técnicas de escalada en hielo. Se realiza sobre el Glaciar Viedma. El programa incluye todo el material técnico necesario (cuerdas, crampones, arneses, piolet, etc.)
2. Escalar en Bariloche, Río Negro, Patagonia
Con más de 45 sectores de escalada dentro del ejido municipal, Bariloche es uno de los destinos más versátiles, con opciones para principiantes, avanzados y expertos. Para quienes están comenzando con la actividad, la recomendación es ir a sectores como Génesis, en el cerro San Martín, Íride o Nueva Colonia. El disfrute de las vistas es una constante en todos los sectores, pero, sin dudas, la joya es Valle Encantado, a la vera del río Limay. Es un poco más alejado, pero se pueden destinar unos días para escalar en esa zona de la estepa y dormir en Villa Llanquín.
Se puede realizar escalada deportiva en cerro Ventana. El lugar se encuentra a 10 kilómetros de Bariloche y ofrece una hermosa vista del lago Gutiérrez y del cerro Catedral. Otro lugar recomendando es Piedras Blancas, en el cerro Otto. Se encuentra a solo 6 kilómetros de Bariloche y se puede escalar durante todo el año, aunque la fecha ideal es en verano. Ofrece una bellísima vista de la ciudad.
Para escalada en hielo se recomienda el cerro Tronador. Es la montaña más atractiva para escalar. El recorrido empieza con una caminata hasta el refugio Otto Meiling, donde se puede pernoctar. De allí se parte de madrugada, para poder hacer cumbre antes de la media mañana.
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Y además de las opciones para hacer escalada deportiva, Bariloche alberga el área de Frey, en el cerro Catedral, que atrae a escaladores de todo el mundo. El lugar es considerado una “escuela” de escalada clásica o alpina y muchas personas llegan para practicar allí las maniobras que luego intentan replicar en las paredes de granito de El Chaltén, en Santa Cruz.
3. Piedra Parada, Chubut
Chubut ofrece uno de los increíbles lugares para escalar en la Patagonia. A 130 kilómetros de Esquel, sobre la ruta provincial 12, Piedra Parada se ha convertido en otro imán para amantes de la escalada. La piedra de origen volcánico de 210 metros de altura y el Cañadón de la Buitrera, de unos 4 kilómetros de largo, resultan un verdadero parque de diversiones para los escaladores. En medio del valle del río Chubut y con un potencial magnífico, hay más de 35 sectores de escalada para todos los gustos y niveles. Las paredes de roca a ambos lados del cañadón superan los 200 metros de altura y quitan el aliento.
Si bien hay rutas para principiantes, la mayoría de las vías de escalada en Piedra Parada son de grados difíciles, por lo que lo mejor es ir con guía o contar con experiencia previa.
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Se trata de un Área Natural Protegida donde también se puede practicar trekking y avistaje de aves. En las inmediaciones de la piedra hay dos campings, una proveeduría y una cabaña para 6 personas (establecimiento La Buitrera). El pueblo más cercano es Gualjaina, a 30 kilómetros, donde también hay una hostería y almacenes.