Entre los grandes atractivos que tiene Esquel para ofrecer, en materia gastronómica, sin duda la cerveza es uno de los más destacados. Los elementos naturales que envuelven a esta ciudad son el catalizador perfecto para la elaboración de una cerveza de características distintas. La calidad del agua, los lúpulos y el clima esquelense, atraviesan el alma de esta bebida espirituosa convirtiéndola en una de las más destacadas de la región. Conocé en esta nota de Patagonia Andina la experiencia de dos emprendedores de la ciudad.
La cerveza de Esquel dentro del circuito de la Patagonia
La región andino patagónica, está atravesada por un recorrido, conformado por varias localidades, que tiene a la fabricación de cerveza como una de las principales actividades. Esquel, forma parte de este virtuoso circuito y le da su impronta a la cerveza basada, principalmente, en las características y las materias primas de fabricación.
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Los emprendedores que se dedican a la fabricación de cerveza en Esquel coinciden en que se trata de un lugar especial para realizar este producto. La calidad del agua, el clima y los atributos especiales de los lúpulos que crecen en la región son determinantes a la hora de brindarle ese valor agregado que hace distinta la experiencia de tomar cerveza.
Algunos de los hacedores de la cerveza de Esquel
La fabricación de cerveza artesanal se hizo cada vez más frecuente en todas partes del país. Esquel no fue la excepción, y cuando los primeros emprendedores dieron cuenta de la calidad de la cerveza que salía de las entrañas mismas de Esquel, el negocio se empoderó aún más.
“Soy un bendecido por estar en un paisaje único con agua de deshielo, bosques, lagos”, sostuvo Carlos, de Cervecería Esquel. El emprendedor destacó además que, desde su negocio, intentan precisamente “interpretar el entorno”. Y que en el resultado se pueda percibir el sentido de pertenencia con la Patagonia andina. “Que nuestra cerveza te traslade a lo que vivimos nosotros”, precisó con elocuencia.
Por su parte Nicolás, de Cerveza Origen, destacó puntualmente la calidad del agua de la Cordillera patagónica. Sostiene que es uno de los ingredientes que caracterizan a la cerveza de la región. “El agua y la calidad de los lúpulos son la clave para una cerveza de calidad”, consideró el emprendedor.
El contexto de pandemia y la reinvención
El contexto de distanciamiento preventivo generó un parate lógico tanto en el rubro, como en el resto de la actividad económica. “De a poco volvemos a acomodarnos”, remarcó Nicolás, “recurriendo al trabajo con nuevos clientes; envíos de botellas fuera de la provincia y apostando más a la publicidad”. Apunta que hay buenas expectativas y que tienen la fábrica a “capacidad de producción máxima”, lo que permite “seguir creciendo” pese a la situación general.
Por su parte, Carlos sostiene que, si bien la situación es compleja de a poco todo se está acomodando. “Tratamos de hacer buena cerveza y aportar al desarrollo de la industria de la cerveza artesanal del país”, destacó el emprendedor de Esquel y concluyó: “La única manera de superarnos a nosotros mismos, es mediante la innovación constante”.