Variedad whisky patagónico, La Alazana

El primer whisky de etiqueta nacional es patagónico

El emprendimiento de una familia pionera, que se instaló en Lago Puelo, logró consolidar este whisky patagónico que cada vez tiene más adeptos. Trabajo en familia, capacitaciones en Escocia, premios internacionales, visitas de todo el mundo y la aparición de un caballo: estos son los ingredientes de la historia detrás del whisky La Alazana.

Entrada a la finca donde se produce el whisky patagónico La Alazana

Whisky patagónico: el valor del agua

Lila, Néstor y sus dos hijos llegaron a Las Golondrinas en 2003. Venían de Bariloche y fueron atraídos por la calidad del agua y por la belleza del lugar. La majestuosidad del cerro Piltriquitrón, los matices verdes de los árboles nativos y el microclima que hay en la región fueron una combinación más que seductora.

Terreno donde se produce el whisky patagónico La Alazana

Pero cuando llegaron, el panorama no era tan simple: “Eran todos campos de mosqueta, tuvimos que trabajar muchísimo, estuvimos muchos años para poder acondicionar todo y plantar árboles. Desde el principio, es un proyecto de familia y trabajamos todos a la par: mi marido y mis dos hijos”, sostuvo Lila en diálogo con Patagonia Andina.

También te puede interesar

El laberinto más grande de Sudamérica está en la Patagonia

Y prosiguió: “En el predio había solo un galpón que fuimos reformando de a poco y transformamos en lo que hoy es nuestra casa. Después, fuimos construyendo la destilería, la maltería y las barricas. Era el lugar ideal, con un muy buen clima y un excelente agua. La mandamos a analizar y es de mucha pureza. Son dos cosas muy importantes a la hora de elaborar un whisky de malta de calidad”.

Malén y el origen del nombre de este whisky patagónico

Todo nombre de un emprendimiento tiene una historia detrás y una carga emocional especial para los hacedores. El caso de este whisky patagónico no es la excepción.

Según contó Lila: “Le pusimos así porque nos gustan muchos los caballos. Teníamos una yegua alazana que se llamaba Malén y la queríamos mucho y, explicándole a la gente como era y se distinguía el pelaje nos dimos cuenta que eran muy similares al color del whisky y al de los destiladores que usamos”.

Viajes al origen del whisky

Desde el inicio, Lila y Néstor sabían lo que querían y trabajaron fuertemente para transformar su anhelo en algo concreto.

Lila, propietaria de La Alazana

“Cuando nos decidimos a encarar este proyecto familiar comenzamos a capacitarnos para ofrecer un producto de calidad. Por eso hicimos numerosos viajes a Escocia, Gales e Irlanda, para ampliar nuestros conocimientos, allá trabajamos y aprendimos mucho. Terminé un posgrado y un máster en la universidad de Edimburgo”, sostuvo Lila en diálogo con Patagonia Andina.

También te puede interesar

Los 15 refugios de montaña de El Bolsón

Y agregó: “Hay más de cien destilerías de whisky solo en Escocia, y cada una de ellas es diferente pero respetan la legislación escocesa de whisky de malta. Nosotros respetamos la base pero le damos nuestra impronta, cada producción la mandamos a analizar a uno de los mejores laboratorios escoceses que certifica lo que hacemos”.

Whisky patagónico: el proceso y la impronta

Lo que le imprime el carácter al whisky de malta es el lugar donde se hace. Tanto el agua que se usa como el clima de maduración lo hacen característico del lugar”, explicó Lila, sintéticamente, mostrando que su producto es de la región y lleva en su espíritu todas las notas propias del suelo patagónico.

Cómo se hace el whisky

“Primero – relata Lila – se hace una maceración. Hacemos un mosto de malta que luego se fermenta y posteriormente se destila dos veces. De ahí sale lo que se conoce como Spirit, la base del whisky, que sale con un promedio de un 70 % de alcohol. Es muy fuerte, pero agradable al paladar”.

Destilería donde se produce el whisky patagónico La Alazana

Maduración

“Luego pasa a la barrica donde va a madurar y evolucionar en su sabor. Además, allí tomará compuestos propios de la madera. Sacará el color y otros aromas y sabores que serán variables de acuerdo a la composición de dicha madera”, detalló la dueña de La Alazana a Patagonia Andina.

También te puede interesar

30 películas para recordar la Patagonia desde casa

Y explicó: “El whisky, para ser considerado como tal, debe tener una maduración de tres años en barrica, de lo contrario es un Spirit o agua ardiente. Nuestra idea es tener una base de no menos de 8 o 10 años de maduración, por eso estamos reteniendo la producción para alcanzar este objetivo. Hoy estamos llenando una barrica por semana”.

Barricas La Alazana

Primera producción

Fue en 2011, 8 años después de la llegada de la familia a Las Golondrinas, cuando salió la tan ansiada primera tirada de whisky: “Tuvimos muy buenos resultados. Vino gente de todas partes y vendimos todas las botellas. Al poco tiempo de haber comenzado, se transformó en algo turístico, nos sorprendió muchísimo. No nos esperábamos tener tanto éxito al principio, no habíamos hecho ningún tipo de campaña de publicidad, ni nada. Pero al ser la única del país se potenció mucho”, dijo Lila recordando el momento.

También te puede interesar

Qué hacer en Trevelin, un paraíso de la Comarca Los Alerces

A pesar de que no es una bebida típica del país, el argentino consume anualmente grandes cantidades de whisky. “Notamos que cada vez más gente se está educando al respecto y sabe mucho sobre las características”, remarcó la impulsora de La Alazana.

Premiaciones internacionales

Luego de consolidar un producto de calidad, que fue creciendo exponencialmente dentro y fuera del país, comenzaron a llegar los reconocimientos.

En 2015 obtuvieron el primer premio en la conferencia de la Scottish Craft Distillers en Pitlochry, nada más y nada menos que en Escocia. Y, en 2018, también se alzaron con el oro, tras obtener el primer lugar en la competencia de Spirits, celebrada en Bruselas.

Sabor, aromas y recuerdos

Se dice que los sentidos del olfato y el sabor son los más fieles que tenemos para traer lindos recuerdos a la mente. Actúan como catalizadores que abren un mundo de reminiscencias, dotados de imágenes, aromas y sabores. El whisky es una bebida que tiene el poder de evocar sentimientos.

Lila, propietaria de La Alazana

Ante la clásica y casi obligada pregunta acerca de su preferencia, Lila, con una sonrisa en el rostro, asió una botella y, acariciando la etiqueta, recordó: “El sabor que logramos con esta edición limitada me hace acordar a mi abuela materna, Maggie Freeman, ella de origen galés. Revive los aromas que sentía cuando la visitábamos en su casa, el olor a torta galesa. Me gusta mucho el sabor de este whisky y lo que genera”.

Este artículo fue hecho gracias al esfuerzo de trabajo de un periodista profesional. Por favor, reconocelos citando la fuente al compartir esta nota. Copyright © patagoniaandina.com

Deja un comentario