La mítica Feria Artesanal de El Bolsón es un espacio reconocido tanto a nivel nacional como internacional. Se trata de un paseo que consta de aproximadamente 400 puestos que están durante todo el año, los días martes, jueves, sábados, domingos y feriados. Es un clásico para todas las personas que arriban a El Bolsón, y una importante fuente de ingreso para artistas y artesanos locales.
La gran Feria artesanal de El Bolsón
La Feria cuenta con numerosos stands que muestran el potencial artístico y el talento de los hacedores. Se pueden encontrar todo tipo de objetos: desde artesanías hechas con distintos materiales hasta elementos orgánicos comestibles y de higiene personal.
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Es un crisol de productos con un importante valor agregado, marcado por el talento innato de los artesanos y por la impronta y la carga emotiva de los antepasados.
El baluarte de las artesanías y la heterogénea diversidad
Sin dudas, hablar de una diversidad heterogénea es un oxímoron, pero es el concepto que mejor define el fenómeno que se da dentro del micromundo de la Feria artesanal de El Bolsón.
Se trata de una amalgama social impresionante. La Feria es muy diversa, un pilar fundamental para el desarrollo de la comunidad.
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“Muchos turistas vienen buscando aquella mística de los hippies y del rock que fundaron la feria en la década del ’70. Acá, lo raro difiere mucho del resto del país. La mezcla y la diversidad hacen que, en El Bolsón, todo esto sea natural”, remarcó Mario, uno de los artesanos de la Feria.
El Bolsón, la Feria y la esencia de los 60
Toda esta diversidad tan característica hace que El Bolsón tenga particularidades. La influencia del movimiento hippie de la década de los 60 y el emergente “Flower Power” marcaron a fuego las bases de lo que sería la reconocida Feria Artesanal y sus importantes artistas, que iniciaron con todo esto allá por 1979.
Entre leyendas de duendas y movimientos “hippies” se amalgaman los cimientos de El Bolsón, una localidad con un halo de misticismo tan fuerte que recibe la visita de miles de turistas al año. El poder telúrico de este lugar hipnotiza a todo viajero y lo invita, permanentemente, a regresar.
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En la jerga popular, se dice que si alguien quiere quedarse a vivir en la ciudad tiene que sortear dos pruebas determinantes: aprender a pronunciar correctamente Piltriquitrón y pasar un invierno completo. Después de eso ya no hay escapatoria, las garras de El Bolsón son poderosas y una vez que aprietan, no sueltan. Las personas quedan cautivadas como si fueran seducidas por los cánticos de las sirenas.
Q lastima no poder viajar para esa fecha!
La feria es muy linda, tuve la suerte de ir varias veces!