Llegaron las primeras nevadas a la zona de La Hoya, en Esquel, y con ella la presencia inusual de los guanacos que protagonizaron una auténtica postal patagónica. Debido a la ausencia de las personas, estos animales ganaron confianza y se aventuraron a expandir sus dominios. Mirá en esta nota las fotos del bello escenario sureño que compusieron.
Nieve y guanacos, una postal atípica entre La Hoya y Esquel
Llegando al Centro de Actividades de Montaña La Hoya, ubicado a 10 kilómetros de Esquel, se pudo ver, por estos días, una inusual postal que acompañó las primeras nevadas del año. Un número extraordinario de guanacos se instaló en la región conformando de esta manera una escena única y con rasgos bien patagónicos.
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Sin miedo a los depredadores ni al ser humano, los guanacos se instalaron, despreocupados, en el sector conformando una manada de grandes proporciones. Detrás de ellos, entre los copos que se precipitan incesantemente y el clásico silbido gélido del viento, las montañas son apenas manchones oscuros que se descubren afinando la mirada.
El guanaco, la libertad y su aparición camino a La Hoya en Esquel
El guanaco es un camélido que habita en diversos sectores de América del Sur. A diferencia de la llama, que es doméstica, el guanaco es considerado un animal salvaje que se mueve en manada. Tiene huesos finos y una altura aproximada mayor al metro y medio. Además, llega a pesar más de 100 kilos y está revestido por un pelaje grueso y doble. El guanaco suele vivir en manadas conformadas por un macho y varias hembras con sus crías.
La aparición masiva de tantas especies ocupando sus lugares de origen y causando la sorpresa de los seres humanos es, de alguna manera, un llamado de atención para pensar desde una perspectiva más empática con el entorno natural. Es una invitación a preguntarnos cómo debiera ser la convivencia entre todas las especies una vez que esta pandemia deje de ser un problema. De qué manera se debe considerar al resto de las especies y la importancia de pensar entre todos en forjar un mundo menos hostil.
Mientras tanto, para la vida en confinamiento preventivo, estas postales extraordinarias son un oasis para las emociones, que no hay que permitirse dejar pasar.
La Hoya y las primeras nevadas del año
El Centro de Actividades de Montaña (CAM) La Hoya es conocido como uno de los centros de deportes de invierno más destacados por su inclinación, por la calidad del terreno y de su nieve en polvo, y por la extensa temporada de invierno que, en tiempos normales, convoca a familias y deportistas durante todo el año.
El contexto extraordinario de cuarentena global lo encuentra en estos días en una inimaginable escena. Esta situación particular, como ocurre en muchos otros rincones del planeta, genera situaciones atípicas como la presencia inusual de los guanacos en los alrededores.
La presencia del ser humano dentro del entorno animal
Si bien la presencia del virus no tiene ningún aspecto positivo para la sociedad, si se puede decir que el aislamiento preventivo de las personas ha generado un impacto positivo dentro de los ambientes y ecosistemas del planeta.
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En este caso, la presencia de los guanacos en un lugar poco común no es un hecho aislado. Durante los días de encierro, en el mundo se fueron registrando numerosos casos de animales que reconquistaron territorios. Y, todo ello, se dio gracias a la sola ausencia de la enorme cantidad de gente que interactuaba, de manera negativa, con los entornos.
Yo fui hace 2 años a esquiar y vimos guanacos en la “Curva de los Guanacos”.????????♀️o sea, me parece que siempre estuvieron☺️.
Carina, muchas gracias por comentar. Si, efectivamente, como vos bien notás, los guanacos suelen estar en esa zona. No obstante, lo que se destaca en el artículo es la presencia inusual, la cantidad de los mismos que se registraron en esta oportunidad y la postal que generan las primeras nevadas. Un gran abrazo.